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lunes, 20 de mayo de 2019

Madri huerto XXIII

Empezamos la semana con mucho trabajo en el huerto.
 
Lo primero ha sido preparar la compostera para hacer compost  con nuestros productos orgánicos  de desecho.
Con tres jaulas hicimos el armazón y forramos el interior con un saco de plástico.

Las jaulas tienen una puerta lateral inferior y una tapa. La compostera tiene suficiente entrada de aire y mantendremos la humedad con riegos controlados.

Una vez que la tuvimos preparada, la situamos bajo la encina, cerca del huerto para que tenga horas de sol y sombra.
 Y empezamos a echar materia orgánica.

Lo primero que echamos fueron hojas secas. Después malas hierbas que quitamos del huerto, cáscaras de frutas, vainas de los guisantes, tierra y lombrices.
Ya tenemos un punto para reciclar restos orgánicos.
Pero no todo es válido, por eso hemos puesto un cartel para recordar lo que Sí vale y lo que No.
Después trasplantamos el perejil.  Como le cortamos muchas ramitas al perejil, nos quedaba un tallo muy alto que se iba a espigar. Antes de que eso ocurra lo hemos trasplantado de la maceta al huerto.


 Después hemos cavado un poco la tierra de las lechugas, cebollas y patatas; porque estaba muy seca y con corteza dura. Así facilitamos que  se absorba más cantidad de agua y dure más el riego.





También recolectamos los guisantes y en el recreo los comimos entre tod@s.  Y claro las vainas vacías las tiramos a la compostera.
 


Sembramos las semillas  de los guisantes, vimos nacer y crecer las plantas que le gustan mucho a los pájaros, vimos las flores, hemos visto como crecían las vainas y ya podemos saborear unos tiernos guisantes. ¡Un proceso completado!

"Y colorín colorado, 
en el huerto por hoy,
 hemos acabado."