Una vez que nuestros tarros de pasta de papel estaban bien secos, hemos pasado a pintarlos.
Primero pintamos un color de base homogéneo y después con cepillos de dientes hicimos salpicaduras abstractas de diferentes colores.
¡¡¡Nos manchados un poquito, pero fue divertido!!!
Y así han quedado los tarros para meter: pinceles, brochas, lapiceros, rotuladores...
¡¡Somos grandes genios del arte plástico!!