Como maestra considero que hay muchas formas de aprender. Y desde luego que se pueden hacer experiencias de observación directa, experimentación, manipulación... Que asientan conocimientos de manera más productiva que los aprendizajes meramente teóricos y memorísticos.
Pero hay días en los que te planteas dejar de hacerlos porque no se ve reconocido nuestro esfuerzo, la ilusión de los niños, el trabajo realizado, tanto tiempo empleado...
Hoy al llegar nos hemos encontrado el huerto que por fin está arado pero para ello nos han destrozado el espacio de nuestras fresas que con tanto esmero crearon los niños el curso pasado y estaba bien delimitado con piedras.
Las imágenes hablan por sí solas...
Así estaban nuestras fresas el curso pasado...
El verano pasó y muchas se secaron, pero estaban brotando nuevamente dentro de su espacio bien delimitado.
Y esto es lo que nos hemos encontrado...
Menos mal que Elena había puesto carteles de colores para respetar el espacio de las fresas.
Aquí están las plantas que alguien consideró que había que arrancar.
